La historia de las furgonetas de Citroën

El primer vehículo comercial de Citroën, con el verdadero enfoque de una furgoneta, llegó en 1928 y no era otra cosa que una adaptación del Citroën C4 de la época en la que el habitáculo de los pasajeros se había sustituido por un espacio de carga panelado. Pero el verdadero germen de la furgoneta ligera moderna, y también de la conexión de Citroën con España, llegaría con la versión furgoneta del Citroën 2CV de los años cincuenta.

El Citroën 2CV se había erigido como el coche del pueblo francés - y europeo - un coche polivalente, cómodo y práctico en cualquier terreno. De hecho, la capacidad que se le atribuía de transportar un cesto de huevos por un sembrado sin romper ninguno, que también se menciona a menudo como uno de los requisitos de desarrollo que planteó Pierre-Jules Boulanger, no era un falso mito.

De ahí que fuera cuestión de tiempo que el Citroën 2CV recibiera una versión de tipo furgoneta. Y así fue. El Citroën 2CV de tipo furgoneta se convertiría también en un modelo con una estrecha conexión con España, por su producción en la fábrica de Zona Franca de Vigo.

La idea de transformar un turismo en una furgoneta se aplicaría también en lanzamientos sucesivos, como el de las emblemáticas Citroën C15 basadas inicialmente en el Citroën Visa y algunos componentes del BX. Así hasta llegar a los años noventa, con el lanzamiento de un Citroën Berlingo

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